jueves, 22 de julio de 2010

ACUATIZAJE NOCTURNO EN EL RIO AMAZONAS

Esta es una anécdota que hace mucho tiempo quería compartir, en especial con aquellos que pasaron por el GRU42 y que conocieron de cerca la "dimensión del reversible y los flotadores". Este tipo de operación, no me dejaran mentir aquellos que gustan del vuelo, es una de los mas apasionantes. Remontémonos a los inicios de la aviación, los primeros aeroplanos fueron dotados de pontones, pues el teatro de la guerra a principios del siglo XX, se resistía a dejar la vía marítima. Acá en el Perú, cómo no recordar la famosa base de hidroaviones de Ancón.


El volar un hidroavión lo pone a uno en directo contacto con la naturaleza, a diferencia de los aviones de ruedas. Mares, lagos y ríos son el medio natural de estos botes voladores y el acuatizaje es mucho mas imperceptible que el mejor aterrizaje de ruedas.

Un fin de semana en Iquitos me tocó la suerte de llevar a un Presidente de la República y su comitiva, a una desconocida laguna cerca de la zona de Pebas en el medio de la Amazonía peruana, para que pasara unos días de pesca. Partimos dos hidroaviones, un Twin Otter DHC-3 y un Pilatus Porter PC-6. Solamente luego de despegar nos dieron el lugar de acuatizaje por el carácter "secreto" de la operación. Tendríamos que volar hacia el este, camino a Brasil, a dos lagunas conocidas como Motahuayo y Tipirisha.

Al acuatizar, varamos los aviones en una playa y desembarcamos todo el campamento. Luego en la tarde el Presidente nos dio la orden de ir a Iquitos y regresar con material, consistente en donaciones de ropa e instrumentos musicales. Así lo hicimos. Partimos con rumbo oeste hacia Iquitos. Arribamos a la capital del oriente peruano y rápidamente retornamos pues el día nos ganaba. Teníamos que regresar a la laguna antes que cayera la noche.

Para mala suerte, ese día detrás de nosotros dejamos un frente de lluvia que apresuró el atardecer. Divisamos la laguna pero había una llovizna persistente sobre ella. Hicimos un intento de acuatizaje pero la lluvia no nos permitio realizar una aproximación segura. Ante esta eventualidad, tuvimos que "correr" rápidamente al Amazonas. Al poner rumbo sur, la noche prácticamente había caído. Nos encontrábamos en plena selva con un hidroavión que solo está diseñado para acuatizar de día, por que como es lógico no existen luces en el río.

A 1,000 pies de altura teníamos una vista de una gran serpiente ondulante que es el Amazonas. De nuestra base nos llamaban consternados por nuestra suerte. No había otra solución, teníamos que posar este hidroavión en las aguas de este caudaloso río.

Nos preparamos para el acuatizaje, prendimos todas nuestras luces disponibles y mi copiloto y compañero de estudios, me señalaría la altura en que me encontraba sobre el río. Dimos así inicio a uno de los primeros y al único acuatizaje nocturno conocido sobre el río Amazonas. Comencé a descender configurado y con muy baja velocidad, yo miraba al horizonte con la esperanza de ver algo, pero la noche era una boca de lobo y parecía engullirnos. Mi amigo me decía que bajara y mantuviera la nariz del avión arriba. Así lo hacia con el mayor cuidado pero a la vez con un temor enorme. Fue la aproximación de acuatizaje mas larga del mundo creo, pero luego de bajar centímetro a centímetro sentimos el agua pasar suavemente bajo nuestros flotadores, habíamos tenido un suave acuatizaje en alguna parte del Río Amazonas.

Una vez en el agua teníamos que llevar el avión hacia una orilla. Fuimos divisando luces aisladas en las riberas del río. El ruido de nuestro avión, muy diferente al de las pequeñas embarcaciones, había llamado la atención de las poblaciones ribereñas. Pronto, ellos se dieron cuenta que era una aeronave de regular tamaño. Llegamos a varar nuestro noble Twin Otter. lo amarramos a un árbol y pudimos tocar tierra firme. Los habitantes del leprosorio de San Pablo, una alejada villa de la selva, nos recibieron con mucho entusiasmo. Habíamos acuatizado nocturno sin ningún tipo de daño, pero la verdad nos habíamos salvado de caer en las turbulentas aguas del Río Amazonas.

martes, 20 de julio de 2010

DIA DEL PILOTO DE TRANSPORTE DE LA FAP

El día 21 de junio de este año se reunieron los Pilotos de Transporte de la Fuerza Aérea del Perú en actividad, retirados activos e inactivos en el Fundo Odria. Verdaderamente fue una tarde de gran camaradería donde por varias horas, distintas generaciones de pilotos de transporte, con nuestros queridos navegantes, nos unimos en un abrazo fraterno y en torno a un sentimiento común que es el cariño a la Institución que nos formó.


Es esta una oportunidad para resaltar una característica común de los pilotos militares. Nunca dejaremos de ser unidos y eso se lo debemos a la Fuerza Aérea. Nuestra Institución es en definitiva una gran institución, forjadora de pilotos y amigos que han sacrificado sus vidas en aras del engrandecimiento de nuestra patria.

Y esto lo digo luego de recordar la galería de pilotos fallecidos durante el cumplimiento del deber, y cuyas imágenes pudimos ver durante el inicio del almuerzo. Desde sus inicios la aviación peruana ha dejado una gran huella de sacrificio y honor en este país, país de difícil geografía y pocas facilidades para la navegación aérea pero que gracias a los pilotos de transporte ha podido vencer estos obstáculos.

No hay satisfacción más grande para un piloto de transporte que llegar a su destino, saber que hay familias que esperan al hijo, a los padres o esposos, que espera una carta o una encomienda de sus allegados. El ver desde la cabina el abrazo afectuoso o la triste despedida es algo que nos hace sentir humanos, que nos hace ver que nuestro trabajo es importante y que hay gente agradecida. Nosotros que hemos volado en las zonas más alejadas del Perú, olvidadas por mucha gente que ni siquiera conoce su existencia, sabemos que la Fuerza aérea, a través de sus vuelos de acción cívica, ha permitido este milagro, el sentirnos peruanos así estemos alejados de las grandes ciudades.

Nosotros los pilotos de transporte lo hicimos y lo hacemos alimentados por un mismo combustible: nuestra vocación de servicio. Y algo que quería resaltar de esta pasada reunión de pilotos, es ese espíritu de cuerpo que tenemos todos los que venimos de la FAP. Esa cohesión y camaradería es desafortunadamente imposible de alcanzar en el ámbito civil.

Podrán hacerse “full days”, reuniones, asambleas, etc., pero nuestra amalgama, nuestros cimientos no podrán der repetidos por ninguna Institución. Ni el banco más grande del País, ni cualquier otra institución con solvencia económica podrá tener los niveles de amistad y cariño que se tienen los integrantes de nuestra Fuerza Aérea así invierta ingentes cantidades de dinero. Quienes pasamos por la Escuela de Oficiales, los que pasamos por las Unidades operativas a través de los años, nos llenamos de toda una serie de recuerdos, amistades y experiencias compartidas que difícilmente podrán ser acumuladas por pilotos netamente civiles. Pero espero que así sea alguna vez.

Mis felicitaciones a los promotores de esta reunión. Estas son las ocasiones en donde me siento más FAP que nunca, esté donde esté.