sábado, 27 de noviembre de 2021

Me voy al Africa!

Estoy en el taxi camino al aeropuerto, después de dejar a Matías, mi adorado nieto, tuve que aguantar las ganas de llorar y que él me viera así. Es muy pequeño, no entiende aún la magnitud de las cosas. Dice que si me voy al otro lado del mundo voy a “estar de cabeza”…genial su imaginación!

Que su abuelo le diga que se va a volar al Africa es algo que a sus cuatro años aún no entiende. Pensará que me voy por ahí cerca y el otro fin de semana me verá. No lo puede aún procesar pero yo si, por eso dejé su casa con un nudo en la garganta y un dolor en el pecho.
Dejar la casa, tu país por necesidad de trabajo era algo que veía muy remoto, admiraba a quienes lo hacían, que lo dejaban todo y se iban a labrarse un futuro incierto. Qué valientes! me decía yo. Bueno pues esta vez me tocó a mi y lo hago empujado por la incertidumbre de tener un presidente pusilánime e ignorante que no sabe ni entiende lo que hace y que está paralizando al país.
Llegando al aeropuerto recién me doy cuenta de lo trascendental de esta decisión, pero sé en el fondo que es para bien, que es una oportunidad que tengo que probar. Todas la decisiones importantes que tomé en mi vida fueron para bien, pues siempre fueron bien pensadas y tomadas con el apoyo de la familia y sobretodo de mi esposa quien siempre me aconsejó y acompañó en este largo camino de criar dos hijos maravillosos.
Pero la vida del piloto es así. Cuando era más joven, dejaba la casa por quince días y a veces hasta un mes. Luego en una aerolínea local lo mismo, días importantes perdidos, madrugadas, noches en vela y a veces volando fuera del país por temporadas largas.
Esta vez a mis cincuenta y seis años, cuando ya prácticamente me acostumbraba a una prematura jubilación y después de casi año y medio sin volar, regresaré a hacerlo.
En el país era muy difícil. Muchos pilotos comerciales desempleados y más jóvenes que yo y con muy poca oferta de trabajo. Se abre una oportunidad para mí en Kenia, un país que no conozco pero al que no le cierro la oportunidad de que me reciba con los brazos abiertos.
Haré lo que me gusta, lo que hago con pasión y convicción hace ya casi cuarenta años y tengo la suerte que en esta carrera nunca me motivó el dinero, le puse las ganas y la pasión que siempre me motivaron para dar más de lo que recibía. Para algunos cortos de vista, mis aportes fueron quejas, pero siempre dije las cosas como eran, como son y no me arrepiento de nada, yo fui leal conmigo mismo y eso es lo que vale.
Pero igual, eso no me quita la fé en las personas, solo me hace valorar más lo que tengo y lo que soy profesionalmente hablando. Soy un piloto formado en la FAP que vuela en aerolíneas, con valores como la lealtad y disciplina que no solo aprendí sino más bien que absorbí a punta de esfuerzo y sacrificio durante mi formación militar y quedó impregnada en mis poros y esas cosas, las trato de volcar en mi carrera.
En un par de días llegaré a Nairobi a volar en una carguera, creo que estoy preparado para este reto, reconozco que es un sacrificio que lo hago no solo por mi sino por mi familia y por mi nieto, a quien le perderé no sé cuánto tiempo de su niñez, pero cuyos cuatro primeros años acompañé con la pasión del abuelo primerizo así que por ese lado estoy tranquilo y sé que mi Matias no lo sabe aún, pero lo siente en su pequeño corazoncito.
Creo que todo sacrificio tiene una recompensa para mi siempre lo fue así!! Volar siempre me mantuvo cerca al cielo, ser aviador es una bendición de Dios!. Karibu!